Te odio te amo, dame mas



 

El controvertido. Songs of Faith And Devotion






Crecer duele, eso es un hecho. Y pasa por todos los ámbitos, todas las vicisitudes que la vida misma te va poniendo a medida que vas avanzando.





Recuerdo que antes de tener la mayoría de edad empecé a usar el cabello largo, no sé si como símbolo de rebeldía, por sentirme identificado con algún grupo en específico, o corriente musical en ese tiempo, o simplemente era un placer personal.





Todos en un momento dado tendemos a sacar ese lado B que nos hace experimentar otro tipo de cosas, de sensaciones, de momentos.
Y aunque a nuestras deidades de Basildon la rebeldía les llegaría a la edad de los treintas, no cabe duda que tenían que pasar por ese proceso tan natural de la vida, de experimentar ese lado salvaje y de excesos y ese llegaría con el fabuloso Songs of Faith and Devotion.





“Ah! Songs”, diría Flood – el productor en turno de ese álbum – quien fue el “suertudo” de estar en el momento más álgido del salvaje Depeche Mode que jamás hayamos visto. Con un Dave Gahan convertido, convencido y recluido en todo el mundo de lo que es un rockstar; con un Alan Wilder cansado de ser el mulo de los otros tres y sin el mínimo reconocimiento público de la aportación al sonido ni a la música en general; con un Martin Gore peleado con sus “demonios internos” por los mismos excesos que la fiesta llevaba y presionado por hacer un álbum la mitad de bueno que el anterior; con un Andrew Fletcher sumido en su propia miseria por solamente ser quien está al pendiente de las finanzas del grupo y no aportar nada más que el tiempo.





¡¡Así se cocinaría uno de los grandes álbumes del grupo!!





Songs of Faith fue un disco cuyas peleas internas, la mayoría de los fans desconocíamos, solamente deseábamos más del grupo y cuando los veíamos en vivo queríamos que ellos dieran el concierto de su vida, y así los “quemamos”.





Este álbum, nacido en 1993, trajo consigo un tratamiento diferente a lo que habitualmente conocíamos en la música de la banda, todo un giro radical de 360 grados, desde su concepción hasta la puesta en escena. De entrada, vimos a un Alan Wilder convertido en un baterista, parco, poco expresivo pero con un gran “punch”, vimos a un Dave como un vocalista que emulaba ser un Steve Tyler, un Rob Zombie, un Elvis, no lo sé, pero con un cabello largo, flaco, tapizado en tatuajes, barba de candado y con la creencia que era un “vampiro”





A un Martin Gore, aferrado a su guitarra y dejando fuera lo que era la esencia electrónica. Y que de alguna u otra forma así fue como el grupo, a mediados de 1992, empezó a trabajar en la nueva producción.





Pero Songs of Faith fue más un capricho de Dave (por toda la vida salvaje, extrema y alocada en la que estaba sumergido de su nueva vida) y de Alan (que creía que el grupo debería moverse hacía la siguiente frontera dando a los fans algo nuevo y otra perspectiva del grupo) haciendo que Martin dudara de que sería buena idea trabajar sus demos así, ya que siempre ha sido renuente a la imagen machista del rockstar, pero que al final de cuentas accedió para usar más su guitarra que tanto gusta tocar. Y así empezó la aventura.





Es de todos conocidos los problemas internos que el grupo sufrió por la falta de dirección, por el cambio en la forma de trabajar (ya que intentaron hacer cosas como un grupo de garage que nunca habían intentado) y porque las canciones querían que fueran menos sintéticas para poder tocarlas en vivo, ya que Gahan deseaba que ya no fueran un grupo que solamente tocaba figuritas, quería que en verdad se tocara en vivo, por eso pedía que las cuerdas y las percusiones se pudieran reproducir en vivo, así como parte de los efectos que tocarían los sintetizadores. O de lo contrario, se regresaba a casa.





Pero al final de cuentas, gracias a la insistencia de Miller, al trabajo dedicado y apasionado de Wilder y a la paciencia de Flood, Songs salió para guiarlos a la aventura más despiadada de la música electrónica.





Cuando escuchas completo Songs of Faith and Devotion encuentras un disco fuerte, radical y sobre todo muy oscuro. Los sencillos que se desprendieron de él son muy buenos, ¿Qué me dices de I Feel You? Una canción que dio libertad para la estridencia y sacudir las cabezas. Walking in my Shoes una bella canción de inicio a fin. ¿Qué me dices de Condemnation? Una preciosidad de canción, con una letra bellísima y una fuerza vocal increíble. ¿Qué opinas de In Your Room? Una joya oculta dentro del álbum y como Alan diría, una de las mejores canciones que Martin ha compuesto.





Pero a pesar de todo, el álbum fue número uno en Estados Unidos y el Reino Unido, algo que no sucedió con Violator. Asimismo, también ganó otro tipo de adeptos ya que en esa época estaba de moda el grunge con grupos como Nirvana, lo cual era una fuerte competencia para la propuesta que ellos hacían llegar, así como el resurgimiento “inglés” con bandas como Duran Duran, que también su proyecto era interesante. Pero tuvo mucho que ver este álbum para conseguir más devotos ya que aún mantenían esa esencia electrónica que se puede sentir en canciones como Higher Love (que es una bellísima canción totalmente apasionada y con voces suplicantes pero que cuando la cantas haces que te entregues por completo) o Rush (que es una canción vertiginosa que en un grupo rockero cien por ciento, hubiera sido su más grande éxito comercial.





Y aprovecharon también a hacer experimentos con cuerdas y la afortunada en vivir ese bello atrevimiento fue One Caress (que en lo personal, es la segunda canción más bella del disco, atrás de Condemnation, ya que te encanta esa voz de Martin, como inicia con un volumen muy tenue y va subiendo a medida que va avanzando la canción, con un juego de cuerdas bellísimo, esa parte de notas en staccato y pizzicato típicas de violines y sobre todo, un maravilloso coro que cuando llega al final es como si una explosión corporal interna hubiese sucedido, con una letra padrísima con frases como: “Tuve que creer en ese pecado para ser un hombre mejor”, o al inicio “bien, estoy de rodillas otras y espero ser el único”, o “soy tímido a la luz, siempre amé la oscuridad y tu me ofreces oscuridad eterna” ¡maravilloso!). También intentaron hacer combinaciones (mejor dicho, híbridos) y un gran resultado se encuentra en Mercy in You (donde predomina más los rasgeos y riff de guitarra que la parte electrónica pero que fueron ensamblados muy acorde a lo que pretendía el grupo, una excelente melodía).





Pero aún sigo preguntando: ¿Son canciones de fe y devoción? Pero ¿Fe a quién? ¿Devoción a quién? Los temas son más que nada ajenos a la devoción, tal vez el tema Judas podría hacer referencia a la fe, pero de ahí en fuera, lo dudo.
Sabía, por un viejo rumor, que el título del álbum sería Violet Dreams por ello conservaron el color en la portada y por ello también predominó en el primer sencillo.





A este disco, hay que sumarle la gira más salvaje en la historia del rock, el Devotional Tour, que después se degeneró en el Exotic Tour donde estuvieron en conciertos por más de catorce meses, y era obvio que al final de la misma todos los integrantes se sintieran de la fruta, con ganas de mandar todo al olvido y decir: “no lo vuelvo hacer”. Me supongo que fue tan exitosa pero a su vez generó los peores conflictos dentro del grupo, Fletcher sufrió serios problemas neuronales y abandonó parte de la gira; Dave tenía un “dealer” personal; Martin le entró fuerte al alcohol y a la droga y; Alan no soportaba a Andrew por su falta de carácter. Toda esta sumatoria de “virtudes” hizo crecer la posibilidad de dar por concluido al grupo.





Agreguémosle la salida a la venta del Songs of Faith and Devotion Live que nada más es el álbum tocado en vivo, en el orden original pero que bien se le pudo agregar versiones especiales, como la de One Caress tocada en vivo con cuerdas, por dar un ejemplo.





Como verán, hermanos devotos, Songs of Faith and Devotion tuvo sus ventajas pero el precio fue muy alto, tanto para ellos como para los fans. En lo personal es mi segundo disco más importante en la carrera del grupo, porque “viví” el disco, ya que estaba inmerso en esa transformación, en ese lado salvaje y sobre todo, me identifiqué mucho más con las canciones que con trabajos anteriores. Sé que será un tema de debate dentro de la feligresía, pero Songs es una muestra que TODOS alguna vez sacamos a la luz nuestro lado salvaje.




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