Sofad. Un camino de ida y vuelta.


Depeche Mode estaba en la cima. Su anterior trabajo, Violator (1990) había golpeado sin piedad al mundo, consiguiendo que hasta los fans más acérrimos del rock y que tenían aversión a la electrónica no pudieran más que rendirse a la evidencia. Depeche Mode era una banda mayúscula y que trascendía barreras y géneros musicales.





Después de terminar el World Violation Tour, el grupo se tomó unas merecidas vacaciones y pasaron bastante tiempo sin verse. Clave fue el caso de Dave Gahan, cantante y la fuerza visible del grupo en directo, que decidió mudarse a Los Angeles, donde se impregnó de la movida musical de la época en EEUU, frecuentando el famoso pub Strip, lugar de parada de grupos que estaban empezando a pegar fuerte como Jane's Addiction, a lo que hay que sumar que era el auge del Grunge, con bandas como Nirvana, Pearl Jam o Soundgarden dominando Norteamérica en esa fecha.







Este traslado de Dave resultó ser clave en el devenir de la grabación del disco. Tiempo después, los miembros del grupo se reunieron para hablar del próximo disco, que volvería a ser producido por Flood (que trabajó con ellos ya en Violator). La sorpresa fue mayúscula entre ellos. Dave estaba irreconocible, después de años mofándose del típico "rock star", apareció como uno de ellos, con el cabello largo y con su cuerpo lleno de tatuajes y delgado como una sílfide.






Además, Dave venía decidido, por toda la música que había escuchado en su periplo en Los Angeles, a endurecer el sonido de la banda. Empezó a hablar de un sonido más directo, con sonidos de guitarra predominantes, con mayor peso de instrumentos tradiciones, batería, bajo, y una reducción del elemento electrónico predominante típico del grupo.





Martin Gore, compositor de todas las canciones del grupo por entonces, acepta el reto, no sin ciertas reticencias. Por primera vez Depeche Mode no realiza el proceso de preproducción a partir de las maquetas de Martin. Directamente intentan grabar las canciones.
Flood les comenta que podían probar a grabar el disco en otro lugar que no fuera el típico estudio, quizás alquilando una residencia, argumentando que con trabajos previos con U2 había funcionado muy bien a la hora de la creatividad. Dicho y hecho, se instalaron en una mansión enorme en Madrid durante 6 semanas, donde empezaron a dar forma a las canciones, y donde empezaron las fuertes tensiones y salieron a la luz problemas que no habían querido ver antes.





En el proceso de grabación merecen destacarse dos lastres enormes que marcarían el devenir de los años siguientes.
El primero es la tensa relación entre Alan Wilder, para muchos el verdadero encargado del sonido de Depeche Mode, el genio en la mesa de mazclas, y Martin Gore. En esa época apenas se dirigían la palabra, no manifestaban los acuerdos ni los desacuerdos y Andrew Fletcher se veía atrapado intentando mediar entre ellos.





Y el segundo, y más grave todavía, es que Gahan se trajo de Los Angeles no sólo un saco de influencias musicales, sino también una fuerte adicción a la heroína de la que tardaría años en recuperarse. Dave pasaba todo el rato encerrado en su cuarto y aparecía para poner las voces simplemente, repitiendo toma tras toma. Si notan la voz de Gahan es muy distinta en este disco, es que habrán estado atentos. Siempre iba tan soplado que apenas se escuchaba, de ahí esa tonalidad diferente a lo que nos tenía acostumbrados, ahora es más raspada, casi rota.





Las 6 semanas en Madrid fueron desoladoras. Daniel Miller, amigo personal del grupo, y productor de sus primeros discos, apareció un día por la mansión, y encontró un panorama bastante inquietante. Dave Gahan estaba encerrado pintando, Fletcher y Gore leyendo los periódicos, Wilder practicaba la batería por su cuenta y Flood estaba tirado en el suelo probando sintetizadores aquí y allá.





Las sesiones se desplazaron posteriormente a Hamburgo, donde dentro de lo que cabe, reinó un ambiente bastante mejor, si no de compañerismo, si al menos de colaboración y de remar juntos en una dirección. Alan Wilder siempre cuenta que fue el momento más duro que pasó con la banda, pero que de ahí surgieron varios de los mejores temas de la historia de Depeche Mode. El resultado fue una amalgama del deseo de Gahan de endurecer el sonido, las composiciones sobre sexo, soledad, espiritualidad y dolor de Gore, y la producción oscura y profunda de Flood y Wilder.






Ya desde I Feel You, tema que abre el disco, nos pone en alerta de lo que vamos a encontrar. Un potente riff de guitarra y una batería industrializada desconcertaron a los fans clásicos de la banda. El tema más "hard rock" si se puede llamar así que jamás grabará la banda. Gahan nos escupe a gritos una canción sexual sobre el nacimiento y la muerte del amor.

Walking In My Shoes, Suena a justificación. Gore escribe una letra sobre no apresurarse a juzgar los actos de otra persona sin ponerse en la piel de ella. Cuentan que el protagonista de la canción que nos habla en primera persona sería el Diablo, explicando de alguna manera el porqué de sus acciones. Líricamente es uno de los esfuerzos más brillantes de Gore, y su guitarra le da una atmósfera enorme, a la par que cierra el tema.

Condemnation, un auténtico gospel como mandan los cánones, es, según Gahan, la canción donde mejor ha cantado en su vida. Condemnation nos cuenta una historia de sufrimiento, más espiritual que religiosa, aunque la imaginería religiosa será una constante en las fotos promocionales, en los videos y en la gira de promoción del disco, el gigantesco Devotional Tour.





Judas nos habla de un amor casi sadomasoquista, donde una persona le exija a otra que sufra en su nombre para obtener su amor, para alcanzar el amor puro hay que pasar por penurias. Quizás aquí hay quien vea una referencia polémica a la relación entre Cristo y el Dios católico, mientras que otros asocian la temática a una relación de pareja enfermiza. La historia contrasta brutalmente con la manera dulce en que la canta Gore. Un momento álgido, sin duda.

El otro tema cantado por Gore, es One Caress, una canción única en la historia de Depeche Mode. Acompañado sólo por una orquesta clásica, nos narra una historia de decepción y desesperación con el mundo, y la única salida que encuentra es aferrarse a alguien y desear que no te suelte.

Volviendo a Gahan, In Your Room está escrita por Gore pensando posiblemente en Dave durante todas esas semanas de grabación donde se encerraba en una habitación a inyectarse heroína y a evadirse del mundo. Líricamente bastante dura, hay referencias a la pérdida de la noción del tiempo, a la esclavitud del enganchado a la droga, a la disolución de la personalidad.

Las canciones en general tienen una contundencia desconocida hasta entonces en Depeche Mode, Mercy In You, Get Right With Me y Rush son ejemplos de esta renovada fuerza con la que la banda afronta las composiciones. Flood y Wilder se esforzaron en elaborar los temas de Gore de manera densa, con la percusión siempre muy presente y que las guitarras estuvieran siempre en primer plano.






Todo gran disco tiene que tener una primera canción que sea un directo a la nariz, para atraparte al instante, y una última que sea un gancho a los riñones, para que no olvides lo que acabas de oír. Higher Love es posiblemente el mejor cierre que ha tenido un disco de Depeche Mode. Serviría para abrir todos los conciertos del Devotional Tour, con su elegancia y atmósfera unicas. De nuevo Gore a las letras con la dicotomía sobre el amor divino y terrenal, el cambio a la mitad, simplemente magnífico.

Depeche Mode no habían escogido el camino fácil del continuismo para suceder a Violator, y a pesar de los magníficos resultados de ventas y de crítica, quedaron muy tocados por el camino. Alan Wilder acabaría dejando la banda alegando motivos personales, Dave Gahan empezaría a tener graves problemas de salud por su adicción a las drogas, Martin Gore cayó en una espiral con el alcohol y Fletcher acabaría siendo tratado de depresión.


Texto de En mi universo